viernes, 22 de septiembre de 2017

¿Qué es producir?


Según la RAE:
Crear, engendrar, procrear, criar. Procurar, originar, ocasionar.Fabricar, elaborar cosas útiles.

   La figura del productor musical es tan emblemática como discutible, debatible, cuestionable, dificil de definir y dificil de especificar. Si bien hay ciertas tareas que le son comunes a cualquier productor musical, es sencillo tomar, por ejemplo, cinco productores diferentes, y llegar rápidamente a la conclusión de que no solamente los cinco trabajan diferente, sino que quizás inclusive usan herramientas distintas, y escalonan su trabajo de forma diferente.

   En este artículo trataré de no focalizarme tanto en esas diferencias, sino más bien en hablar de lo que yo creo es el rol fundamental de un productor. 

   Empecemos con definiciones desplegables: Un productor es un mediador entre el mundo de los músicos y el mundo de la técnica, que, con su conocimiento y su manejo de grupos, logra maximizar el rendimiento de la banda, obteniendo así que el mensaje que la banda quiere plasmar sea mucho más logrado e intenso, además de coherente con lo que la banda quiere.

   Cuando hablo de "el mundo de la técnica", en este caso me estoy refiriendo a las personas que se encargan de manejar una instalación que suele llamarse estudio de grabación, para que eso que el músico está tocando o cantando en una sala se convierta, luego de diversos pasos, en un track de audio que puede ser escuchado en un reproductor.

   Y cuando hablo de "el mundo de los músicos", me refiero a esa otra parte en la que los sonidos se originan.

   Como si habláramos de ying y yang, ambos componentes son indispensables para que suceda la gestación de la que estamos hablando, que en términos prácticos llamamos "producción".

    ¿El productor es necesariamente técnico o ingeniero de sonido y ejerce ambos roles a la vez? No, no necesariamente, si bien podría suceder que sí, y estaríamos ante una situación en la que una misma persona cumple dos roles en forma simultánea. El rol de producción tiene que ver con que determinada estética que se quiere plantear se realice desde un punto de vista técnico, es decir, pueda ser traducido desde la realidad de un músico a la realidad de una mezcla de audio. 

   El trabajo de un productor comienza en la sala de ensayo de la banda. Damos por sentado que la banda eligió al productor porque confía en su criterio artísitico y su conocimiento técnico y que además tienen similitudes estéticas y criterios que aunados habrían de engendrar un resultado provechoso.

   Creo que es fundamental tener unas primeras reuniones para escuchar música, conversar acerca de cuál es la búsqueda sonora del disco que se va a producir, además de poder intercambiar charlas al menos básicas acerca de la vida, ya que el productor no trabajará con máquinas que tocan instrumentos, sino con seres humanos plagados de ego y expectativas (músicos, técnicos, y él mismo) con los que tendrá que lidiar para que el barco llegue a un buen puerto. El arte de producir tiene mucho que ver con todo esto último, además de el hecho de saber de rítmica, armonía, posición de micrófonos y de compresores, por nombrar solamente algunos de los items que cualquier productor debería manejar.

   A partir de este momento es importante establecer un punto de encuentro entre el ideal estético del productor y el imaginario de la banda. Dicho punto seguramente entrará en tela de juicio varias veces durante el proceso y deberá ser revisto, pero es importante que tenga bases sólidas y conversadas, para evitar irse de pista y acabar dándonos cuenta de que en medio de la producción ya no hay forma de empalmar criterios porque los autos se han ido de pista y en direcciones opuestas hace 200 kilómetros.

   Tiene que quedar en claro que no se cumplirán los deseos del productor como si fueran los caprichos de un niño, ni tampoco los de la banda, como si fueran los caprichos de un grupo de niños, o de niños por separado, dependiendo el caso. Llevado a la realidad, el productor deberá acordarse que NO es Bob Rock y que NO está produciendo a Metallica, ni a la banda ideal que imagine, y la banda deberá siempre tener en cuenta que nadie le obligó a designar un productor y que si han tomado la determinación de contratarlo, lo mejor sería confiar en su criterio y al menos debatir constructivamente las zonas grises.

   En la bolsa de las determinaciones a tomar entra la parte más jugosa del trabajo del productor en preproducción, tanto en la sala de ensayo como en su estudio trabajando con maquetas: Estructura de las canciones, arreglos, comportamiento de la sección rítmica, desempeño rítmico y armónico de cada uno de los instrumentos, letras, entre otros.

   Una estación comprometida y muy interesante a la vez es discernir desde un punto de vista de producción cuáles son los arreglos de la banda que están alineados con el concepto que se está manifestando, cuáles son los que realmente rinden y aportan a la música, y cuáles están siendo tocados por los músicos en forma caprichosa e individualista, con una óptica que perjudica al resultado grupal final, en pos del lucimiento individual. Este es un buen momento para recordar que una producción de un disco de canciones de una banda es un trabajo grupal en el que las individualidades deberían sumar a un resultado, en vez de competir a ver quién pone el equipo más fuerte o quién toca el arreglo más complicado.

   Ya en el estudio, el trabajo del productor tiene que ver con enlazar todo el trabajo previo, que implicó el alineamiento de la cadena de factores en dirección hacia una estética determinada, con el mundo de la técnica. Es decir, encargarse de que la interfaz técnica juegue a favor del trabajo que se viene haciendo, y no en contra.

    La ubicación de un micrófono o la decisión de qué preamplificador usar para grabar un redoblante son factores que distan mucho de ser determinantes y absolutos a la hora de definir el sonido general de un disco, pero son dos componentes de peso que conviene alinear coherentemente en una búsqueda, y esa decisión debería pasar por el productor del disco.

    De la misma forma que habíamos dicho que el rol de productor y el de técnico en una sesión de grabación podían ser condensados en la misma persona o no, lo mismo sucede entre el productor y el técnico de mezcla. Si bien sería coherente que el productor del disco sea quien lo mezcla, es factible que el técnico de mezcla trabaje asistido y guiado por el productor, a la hora de tomar decisiones estéticas.

   Una clásica pregunta. ¿Es necesario realmente trabajar un disco con un productor?

   La respuesta es sencilla, en realidad. Las decisiones de producción se toman siempre. Siempre. La diferencia entre que haya un productor  y que no lo haya, es que en un caso se elige a alguien para que lleve la batuta y tenga la última palabra en determinadas situaciones, y, en el otro, esas decisiones se toman en forma grupal, a veces más debatidas y otras veces con un verticalismo encubierto e implícito. 

    Así, creo que es indispensable tener conciencia, ya sea en una sesión o en un disco entero de quién produce, ya que todo ese caudal de decisiones deberá pasar por alguien; ya sea un productor designado por la banda, algún miembro de la banda que produzca desde adentro, o toda la banda en forma horizontal. Creo que todas las opciones son válidas y que lo realmente importante es tener en claro qué rol cumple cada uno de los integrantes.

   Personalmente, tal como dije en el pasado artículo acerca del Drum Doctor, prefiero la división de roles en una producción, con tareas asignadas a cada uno de los integrantes y con la confianza y el respeto profesional de cada uno hacia los otros, con el própósito de llegar a un mejor resultado en forma grupal.


   

   

   

   

   

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